Oxana, esta bonita ucraniana, vino a la oficina con su novio. Evidentemente era tímida y parecía dudar si hacerlo o no. Ella no habló mucho, pero él sí. La encontré muy agradable y tierna. Llevaba una falda corta y cuando se sentó en la silla, le vi las piernas preciosas y las braguitas blancas.
Él dijo que en ese momento querían hacer el amor, pero que él ya había hablado conmigo y conocía mi oferta de grabarlos haciendo el amor por primera vez. Ella accedió a esperar hasta el día siguiente. Al día siguiente volvieron a mi oficina. Verla desnuda me excitaba a mí tanto como a él. Le convencí para grabarlos inmediatamente. ¡Temí que no pudieran esperar un día más para llegar al final!