Alina Redofed:
Hola, soy Anna Redofed de Ucrania. Vengo de una gran familia feliz pero, desafortunadamente, somos muy pobres. Mi padre trabaja la tierra de otra persona y mi madre cose en casa. Tengo cinco hermanas y un hermano, que es el más joven. Dos de mis hermanas mayores se han casado. Tengo otra hermana mayor y una más joven que siguen en casa.
Como nuestra casa es muy pequeña, sabíamos desde la infancia lo que pasa entre un hombre y una mujer. A veces, cuando nuestro padre llegaba a casa del trabajo, cansado y sudoroso, cogía a mi madre por detrás y salían rápidamente hacia su cuarto. A veces la puerta quedaba sin cerrar, y mis hermanas y yo espiábamos por ella. Mientras mi padre le quitaba la ropa mi madre, también sentíamos la excitación. A ella le encanta que él le chupe los pechos y nosotras también nos tratábamos nuestros pechos incipientes con mucho placer. Cuando su polla se ponía erecta nos hacía jadear, y mientras que la penetraba con fuerza, también sentíamos la humedad entre nuestras piernas. A veces ella le chupaba la polla, haciendo que creciera, y yo también soñaba con hacer lo mismo un día a mi marido, que sería mucho mayor y con bigote, y que chuparía mis tetas vírgenes como mi padre le hacía mi madre... Read more >>> .
Más tarde, en nuestra habitación, en la que todos dormíamos juntos, nos turnábamos para posar desnudos en la cama. Mientras estaba tumbada, sin una sola prenda en mi cuerpo, una de mis hermanas me tapaba los ojos. Siempre las oía reír mientras chupaba mis pechitos desafiantes. Siempre hacían bromas con mi tetas incipientes y las llamaban picaduras de abeja. Incluso mi hermana pequeña estaba más desarrollada que yo. Esto era todo por diversión, y de esta forma conseguíamos nuestros placeres simples en casa. Fuera, caminábamos con la mirada cuesta en la carretera, y sabíamos que nunca tendríamos una cita hasta que nuestros padres eligieran un chico para nosotras.
Un día estaba entregando ropa remendada por mi madre a su cliente cuando me tropecé con un hombre. Casi grito. Caminó conmigo y me contó que tenía un amigo fotógrafo al que le encantaría tenerme como modelo. Además, me pagaría muy bien. Cogí la dirección llena de dudas. Al volver a casa, llevé a mi hermana mayor a nuestra habitación y le enseñé la tarjeta. Los ojos se le pusieron como platos cuando oyó cuánto dinero podía conseguir. Decir que no era impensable. Me dijo que iría conmigo y, como el hombre le había asegurado que todos se habían privado, me sentía confiada.
Las dos llegamos al estudio puntuales al día siguiente. Estaba fascinada con la preciosa y enorme habitación que habían preparado para mí, llena de juguetes de peluche. Me dieron un conejo rosa que me encantó. El fotógrafo quería ver mis pechos y mi hermana me animó suavemente al que me quitara el top. Para mi vergüenza, mis pezones virginales estaban de punta. Podía ver los fotógrafos estaba explicando, mi hermana me acarició la espalda y enseguida me sentí cómoda. Mientras la cámara me fotografiaba desde todos los ángulos, le pidieron que mostrara mi himen intacto. Me acaricié el clítoris con los dedos y, al separar los labios, ¡mi virginidad quedó al descubierto a la vista de todos! Collapse
Anna Palatka:
Cuando Anna se puso en contacto con nuestro estudio para decirnos que deseaba posar para nosotros, nos quedamos intrigados. Estaba a punto de cumplir 18 años y ya llevaba bastante tiempo pensando en rodar un vídeo pornográfico. Esta belleza tenía solo cinco años cuando vio su primer vídeo porno y en su adolescencia los pensamientos sexuales ya eran una parte importante de su vida. Era ese tipo de rubia sexy que cualquier hombre desearía.
Curiosamente, a pesar de que había estado sintiendo pasión sexual durante trece años, Anna nunca había dejado que ningún chico le quitara la inocencia. Había pensado mucho en ello. Cuando tenía 11 años supo lo que era la masturbación en una clase sobre sexualidad y pasó aquella tarde investigando y comprobando cuánto placer podía sentir.
Entró en su habitación y se sentó en una silla cómoda, imaginando las cosas de las que se había hablado en clase. Las imágenes que había visto seis años antes volvieron a su mente y pronto se encontró deslizando su mano en sus pantalones y disfrutando de la sensación que le producían sus dedos al deslizarse sobre su coño inocente... Read more >>> .
En tan solo unos minutos alcanzó su primer orgasmo, pero habría muchos más. La sensación le parecía tan increíble que pasó muchas tardes... noches, y mañanas, y más noches disfrutando del placer que se podía dar a sí misma.
Cada vez que acariciaba su cuerpo veía vídeos en internet y de repente empezó a soñar con la idea de aparecer en un vídeo. Muchas veces veía vídeos e imaginaba que era a ella a quien acariciaban, lamían, besaban y, sí, también follaban. Esos pensamientos le hacían sentir un placer increíble, y cuando cumplió 17 años supo que tan solo le quedaba un año para vivir su fantasía.
Pero Anna tenía un deseo especial que quería hacer realidad. No sólo quería ser capturada en vídeo mientras disfrutaba de su cuerpo, sino que pensaba en lo increíble que sería perder su virginidad delante de la cámara. El sueño de esta rubia sexy y seductora, que quería que todo el mundo viera cómo se penetraba su coño virgen por primera vez, era una oportunidad que no podíamos dejar escapar. Estaba muy ilusionada, y nosotros también, y no hay duda de que durante la grabación de su vídeo Anna no nos decepcionó en absoluto. Collapse